La respuesta es, obviamente, sí.
Sí que existe la sobredosis de juguetes pero el quid de la cuestión es saber dónde está el límite.
Antes de ser madre leía a otras diciendo que tanto los cumpleaños como las navidades eran muy “peligrosos” por cómo se rebozaba a los niños en juguetes nuevos. Que no valoran todo lo que tienen y que bla bla bla.
Yo pensaba que exageraban un poco, la verdad, pero esta Navidad he podido comprobar que a veces se escapa de tu control. Y que por más que cuando te pregunten qué necesitas para el peque tu digas “ropa” o “pijamas”, siempre va a caer algún juguete.
He de reconocer también que tenía ganas de que Bichito tuviese juguetes, porque hasta ahora apenas tenía 2 o 3 heredados de sus primos, y alguna cosita que le habían regalado a la que no hacía ni puñetero caso. Hasta ahora el juego de Bichito se ha basado en dar golpes, abrir cajones, y “leer” cuentos, eso sí. Nosotros tampoco le compramos nada porque sabíamos que llegaba “LA NAVIDAD”.
Como bien sabes, su cumpleaños fue el 27/12 y me niego rotundamente a juntarle regalos. Alguna vez me lo hicieron a mí de pequeña (cumplo el 23/12) y me dejó trastornada. Era incapaz de entender porqué mi cumpleaños era menos importante que el de otros niños y ellos tenían dos regalos durante el año y yo sólo uno (quizás mejor, sí, pero los niños solo ven cantidad, no calidad).
Por otro lado, yo siempre he sido de Papá Noel, costumbre que quiero mantener con Bichito, y maridín, como catalán que es, ha celebrado siempre Caga Tió y además, Reyes Magos.
Así que aquí había que celebrarlo TODO.
Papá Noel y Caga Tió le trajeron a Bichito dos regalitos (uno cada uno) que nos hacían falta y muy baratitos. Papá Noel unas zapatillas de estar por casa y Caga Tió un altavoz Bluetooth para la habitación (de momento es más regalo para nosotros que para él, JA). Y aunque no se enteró mucho, sí que se lo pasaba bien con la fiesta que montábamos.
En su cumpleaños ya hubo de todo. Juguetes, ropa y cosas que nos hacían falta.
Respecto a los juguetes, me plantee racionarlos. Es decir, dejar algunos en sus cajas lejos de su vista para que cuando se aburriera de unos tener otros “nuevos”.
Pero Bichito es un niño de flechazos y si algo le gusta, le gusta. Al final acabamos abriendo todo y una vez me fijé en cuáles eran sus favoritos, el resto los volví a meter en sus cajas para otra ocasión.
Para terminar con la Navidad, vinieron los Reyes Magos, y aunque en casa le trajeron otra cosa que le hacía falta (una braga Buff de esas con forro polar), en casa de los tíos y de los iaios había más juguetes.
Así que hemos repetido el ejercicio. Los hemos abierto todos y una vez visto cuáles son los que más le gustan, el resto los hemos devuelto a sus cajas para que resulten novedades más adelante.
Creo que lo hemos gestionado bastante bien sólo que ahora me falta a mí acostumbrarme a ver la habitación hecha un desastre e intentar tenerlo todo bien organizado. De momento lo llevamos bien y yo recojo la habitación cada noche cuando Bichito ya duerme. Así me voy a la cama con la paz mental de que esa habitación está recogida. Algo es algo.
Y tú, ¿cómo gestionas la llegada de tantos juguetes nuevos? ¿qué opinas de la sobrecarga juguetil a la que se exponen los niños? ¿qué método utilizas?
3 Comentarios
Mai
9 enero, 2017 at 9:09 amNosotros tambien peticionamos ropa. Ademas con la excusa de no poder cargar con un monton de juguetes en el avion, el truco funciona mayormente pero ha habido bastantes juguetes. Lo que yo hago es darle dos o tres y el resto recogerlos en una cesta. Mi peque se entretiene con cualquier cosa (el mando de la tele, un panfleto de propaganda, la manta…) mejor que con juguetes asi que raramente va a revolver la cesta. De todas maneras sabe que en el parque (es de los que se puede dejar una puerta abierta) tambien le suelo dejar asi que alli si que va y se suple el solo si hay necesidad
Carolina mamá ríe
9 enero, 2017 at 9:47 amYo no creo que haya sobredosis, esas fiestas son para eso. Antes me comía mucho la cabeza con esto, pero algo que aun niño gusta tanto no puede ser malo…¡es su fiesta!. Muchas veces pensamos que la cantidad recibida es muy grande porque observamos que no aprecia muchos de ellos, pero lo único que hace es dirigir la atención a los que más les gusta, ellos mismo seleccionan y dosifican.
Esta bien acostumbrarlos a que se pueden regalar otras cosas, aunque incluso no sean físicas…per bichito aun es muy pequeño.
Nazareth
18 enero, 2017 at 7:08 amNosotros les dijimos a los abuelos qué necesitábamos/queríamos y… se lo pasaron completamente por el forro! Al final les regalaron ellos muchas más cosas que nosotros, que da igual porque el crío no se entera y piensa que son los Reyes Magos los que traen todo, pero a nosotros nos hizo sentir como unos tacaños cuando en verdad estábamos siendo razonables. SIn contar que ahora tiene taaaantas cosas que no le hace caso más de 5 minutos a ninguna. El año que viene veremos como nos organizamos porque este descontrol es imposible.
Un saludo
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