Voy a ser súper sincera hoy aquí y es que ayer tuve una mañana de mierda. Perdí los nervios con los niños antes de las 8:30h y eso me hizo estar echa polvo después. El sentimiento de culpabilidad de gritarles y de cagarme en su estampa es difícil de gestionar. Al menos para mí lo es. Y la realidad es que analizando la situación me di cuenta de…