A principios de año te conté lo peligroso que es Bichito. Era (y es) un torbellino y por más que intente tener mi casa a prueba de niños, siempre hay cosas que se me escapan.
Pero lo que pasó el otro día me sirvió para darme cuenta de que tengo que espabilar más. Me llevé un susto de muerte.
Si me sigues por Instagram (que es por dónde puedes ver mi día a día normalmente), sabrás que yo sólo pongo a Bichito a ver la TV cuando necesito tenerlo entretenido SI o SI para poder hacer algo.
Es decir, vestirme por la mañana, preparar comida, y poca cosa más.
Todo lo que requiera perderlo de vista, implica pantalla. Hasta ahora la televisión le dejaba absorto y además, hemos descubierto que los Minions y los Trolls le encantan.
El otro día, maridín y yo estábamos preparando las maletas para irnos a Valencia de boda, así que le pusimos una de sus películas para que estuviese entretenido.
En cosa de 2-3 minutos, escuché un ruido extraño proveniente de la cocina.
Lo primero que pensé fue que la perra, en uno de sus ataques de celos, estaba cogiendo alguno de los biberones de Bichito de la pila para llevárselo a mordisquear (sí, es una cabrona), así que fui corriendo para evitarlo.
Pero cuando llego a la cocina me veo la puerta de un armario en el que solo hay pasta, especias y poca cosa más, abierto.
Detrás de la puerta estaba Bichito con la boca llena. En el suelo había restos de algo que había escupido que imagino no le debió gustar, pero en las manos tenía una caja de plástico de esas de supermercado en la que hay mix de frutos secos y pasas.
Debía de tener hambre y en lugar de abrir el cajón de las galletas y magdalenas (del cuál se sirve a su antojo si la hora de comer o cenar no está cerca), quiso investigar más allá en este armario.
Me asusté mucho.
Pensé que podría haberse atragantado y yo no enterarme. Lo que había en el suelo parecían anacardos y ya se había comido una buena cantidad de pasas.
Esto último ni tan mal. Son blanditas, pero los frutos secos me dan pánico.
Le quité de las manos la caja y le expliqué que no podía comer cualquier cosa que encontrase, que si tenía hambre me lo tenía que decir y que yo le prepararía un bocadillete o le daría una fruta.
Suerte que no le dio por comerse las cayenas, sino hubiésemos tenido un disgusto seguro.
Jamás pensé que ese armario pudiese ser un problema. Los productos de limpieza están fuera, en la galería, así que hasta ahora no tenía ese chip en mente. A partir de ahora, estoy mucho más atenta y si tengo que irme más lejos (como ducharme, por ejemplo), ya lo dejo atado en la trona para que no se me escape.
¿Has pillado a tu hijo con las manos en la masa alguna vez?
5 comentarios
Que susto!!!si es que son unos terremotillos!!! Y si aseguras los cajones y armarios!!!! Lo de dejarlo en la trona me daría miedo,siendo como es bichito un niño motrizmenre ágil…no sea que intente salirse y se caída…..desde luego hay que estar con 1000000 ojos
Nosotros todas las puertas y cajones q tiene a su alcance las tenemos con protectores de esos para q no pueda abrirlos. Aun asi una vez q me despiste un momemto me cogio una compresa envuelta y se comio la pegatina del cierre y claro se le pego en el paladar y empezo a toser, yo no sabia que hacer, al final le di leche y la vomito…vaya susto
Es que es peligrosísimo. Yo con la edad del tuyo no podia dejarlos solos en la cocina (ni en ningún lado, vaya) Si tenía que hacer algo, pues ellos en la misma habitación que yo, entretenidos con lo que sea, juegos, dibus, lo que sea, pero en la misma habitación. Para ducharme igual, en el baño conmigo. No ha sido hasta más tarde que he visto que podia dejarlos solos en una habitación durante un rato corto, y aun así siempre pendiente.
Porque en un segundo te la pueden liar pero bien.
Nosotros no la podemos dejar sola ni un momento. En cuanto nos despistados ha encontrado una piedra en la terraza (algún susto hemos tenido con las piedras) o ha conseguido desmontar alguna pieza inimaginable. Siempre está a la vista. Yo hace meses que no me ducho sola. Lo mismo cuando cocino, ella siempre conmigo. Hay que andarse con ojo porque quiere hacer lo mismo que yo y en la cocina hay que tener todavía más cuidado. Pero ella prefiere ver lo que estoy haciendo. A la tele no le hace caso, tiene 14 meses, supongo que es pronto.
Con siete u ocho meses cogió unas cabezas de ajos frescas que mi suegra me había traido. Yo no le di importancia hasta que de repente vi que le daba como arcadas… resulta que la señorita se había tragado las raices de los ajos, los pelillos esos que tienen, y claro, se le quedaron repegados en la garganta y ni pa dentro ni pa fuera. Le di agua, pero seguía con las arcadas y aquello no pasaba. Asi que me la puse en el pecho. Mamó y mamó y cuando estaba ya terminando la toma le dio la arcada definitiva y vomito toda la leche, y los pelillos con ella. Menudo jodido susto me llevé!! Hay que ver.