Maridín y yo hicimos un interrail a Escandinavia hace unos 8 años y el único país que nos faltó visitar fue Dinamarca.
Es por eso que su capital, Copenhague, estaba en nuestra mente desde hacía tiempo y ya que tiene bastante fama de ser kidfriendly, decidimos que sería nuestro primer viaje en avión con Bichito.
Fuimos un total de 5 días y 4 noches. Aunque siempre hay algo más que ver, con un día menos hubiese sido suficiente porque lo más famosillo y típico se puede ver relativamente rápido.
Además, teniendo en cuenta que íbamos con un bebé, no podíamos estar demasiado tiempo en el mismo sitio y había que moverse continuamente.
Nosotros teníamos en nuestra mano la guía de Lonely Planet “Copenhague de cerca”.
Tengo que confesarte que soy muy fan de Lonely Planet y siempre voy a buscar sus guías. Aún así, previamente empecé a seguir por Instagram a algunas cuentas de turismo en Copenhague para tener ideas. Pero lo dicho, lo que hay que ver sí o sí es poquito y en cualquier guía o blog lo podrás encontrar.
Por lo pronto, voy a redactarte nuestro viaje. Aunque tenía que haber redactado este post hace mucho, estoy aprovechando un viaje largo en tren para hacerlo.
Cogimos el vuelo a Copenhague a medio día. Durante la mañana nos encargamos de mantener activo a Bichito para ver si podíamos conseguir que se durmiera en el avión. Y lo conseguimos. Eso sí, con la ayuda de nuestro gran aliado “el iPad”.
Cuando llegamos a Copenhague y cogimos el tren que nos llevaba al centro de la ciudad, fuimos en busca del apartamento que habíamos alquilado en Airbnb.
Sabíamos que el apartamento no era todo para nosotros y que en él vivían los dueños. Lo que no sabíamos es que había otros viajeros y había un total de 3 habitaciones ocupadas por otras personas. Pero ni tan mal. Pensamos que por nuestra aparte ya habíamos dicho que íbamos con bebé y que ya sabrían lo que eso significaba.
Una vez dejamos todas las cosas, decidimos cuál sería el plan de la tarde y como estábamos cansados del viaje y no nos quedaban muchas horas para cenar e ir a dormir, decidimos que iríamos a ver la famosa sirenita.
Para llegar allí entramos por una especie de parque o fuerte que en el Google Maps se veía como una estrella y lo cruzamos. Al salir de allí paramos en un restaurante llamado Toldboden que tenía una terraza al borde del canal y tomamos un fish’n chips a turnos, ya que Bichito no nos dejó sentarnos.
Hago una pausa para decirte que comer y beber en Copenhague es MUY CARO. Quizás no tanto comer, porque puedes encontrar comida rápida fácilmente, pero la bebida sí que es cara. Como ejemplo, una copa de cerveza costaba entre 6-8€, un café con leche, unos 6€, un agua, 3-4€. Una locura.
De ahí ya fuimos a la sirenita dando un paseo por el borde del canal y exactamente como dice todo el mundo que la ve: no es para tanto.
Hay muchísima gente haciendo fotos pero la sirenita en sí es muy pequeña. Que sí, que hay que verla, pero nosotros estuvimos 5-10 minutos ahí y dejamos que Bichito se aventurase por las rocas.
Después, emprendimos el camino de vuelta hacia un parque estaba cerca de casa, el Fælledparken.
Si hay algo por lo que se caracterizan los parques de Copenhague es que sus áreas infantiles son de infarto. Es decir, cualquier parque urbano español por muy chulo que sea, no es nada al lado de estos. Por espacio, por elementos para el juego, por mantenimiento… una pasada.
En ese parque soltamos a Bichito como quien suelta a una fiera y le dimos su pelota. Le dejamos rebozarse por la hierba cual croqueta, chutaba su pelota y nosotros le observábamos desde un banco descansando un poco.
No dejábamos de alucinar de lo bonito que era todo y de lo “rural” o “campestre” que podía llegar a parecer un núcleo urbano gracias a parques como estos.
Sobre las 19h decidimos que iríamos a comprar la cena al súper para que nos saliera barata y sobre las 21h ya estábamos los 3 en la cama.
Para nuestra sorpresa, Bichito se quedó sopa en cuanto apoyó la cara en la sábana y fue su primera noche del tirón 🙂
Y este fue nuestro primer día en Copenhague. Grabé vlogs de cada uno de estos días, así que si quieres ver lo que te he contado hecho realidad, aquí te dejo el vídeo.
¿Has visitado esta ciudad con niños? ¿Te gustaría hacerlo?
¡Ve a nuestro 2º día en Copenhague!